
Huancayo debuta con triunfo épico
A Huancayo no le fue sencillo traducir su superioridad (78.9 % vs. 21.1%) en el marcador. Si bien fue el amplio dominador sobre la hierba de La Incontrastable, con un Donald Millán desequilibrante y un Juan Pérez participativo, le faltó mayor profundidad y efectividad en sus aproximaciones. Por el contrario, Nacional (P) generó verdadero peligro con sus contados, pero punzantes ataques.
A los 13′ se dio el primer aviso importante de la visita con un lanzamiento de media distancia de Brizuela que fue muy bien bloqueado por Ángel Zamudio, uno de los arqueros con mayor proyección en Perú. Diez minutos más tarde, Martínez tuvo la ocasión más clara: robo de pelota en el medio, carrera endiablada por toda la franja izquierda y remate al arco que rozó la base del arco de Huancayo.
En el segundo tiempo, Nacional dio señales de mejora. Nuevamente Brizuela probó de lejos a Zamudio, quien no tuvo mayores complicaciones para rechazar la pelota. Sin embargo, al 53′, Sport Huancayo dio el primer paso en el tablero electrónico con un gol del chileno Carlos Escobar tras tomar un rebote al larguero. Cinco minutos después, el zaguero Rodrigo Colombo probó suerte con un testarazo, a la salida de un tiro libre de Luis Benites, que salió fuera del campo.
Cuando Huancayo atravesaba su mejor momento, sufrió un revés que trastocó todos los planes: un golpazo al rostro del goleador que le provocaría un corte profundo y lo sacaría totalmente del partido. En ese ínterin, exactamente al 68′, el ‘Tricolor’ estableció el empate con una loable definición de Brizuela a partir de un clamoroso error de Jimmy Valoyes.
El ‘Rojo Matador’ merodeó el arco contrario con un remate al palo de Huaccha y otro a las manos de Espínola. Ya en tiempo agregado, Ray Gómez y Carlos Ross amenazaron con sendos disparos de media distancia. Parecía que ningún intento vencería a Espínola, hasta que al 90′+5 apareció un iluminado Huaccha para conectar desde el corazón del área un centro raso y darle un épico triunfo a un Huancayo que jamás bajó los brazos.